Mi tío Jorge Camacho falleció el 30 de marzo del 2011. Pintor surrealista, melómano, alquimista, lector voraz, ornitólogo, poeta, es probablemente una de las personas más cultas, sensibles, humanistas y visionarias que se han cruzado en mi vida. En realidad es el tío político de mi madre, marido de su tía, Margarita Camacho, una Ortega de pura raza, pólvora de la más fina. El tiempo no quiso que pudiera disfrutar de Jorge en mi madurez, pero estoy segura de que podría haberme aportado mucho más de lo que le dio tiempo.
Una mañana, en Sevilla, mi tía apareció con un bolso de cuero: “Sé que le habría gustado que la tuvieras tú, sé que tú vas a disfrutarla, él sentía por esta cámara mucho aprecio, con el objetivo grande, fotografiaba pájaros en Doñana”. Observé el interior de aquel bolso de cuero clarito: Una Leica M6 con tres objetivos, el de 35, el de 50 y un tele de 75. Acepté el regalo con muchísima emoción, a pesar de que la fotografía analógica era un área de la fotografía pendiente. Hasta hace dos meses no he encontrado un proyecto digno para entenderme con la Leica, pero fue el Día Mundial de la fotografía, el 19 de agosto, cuando decidí emprender un Proyecto 365 analógico que girara en torno a Guille, mi siamés de mente, hombre con el que me caso en dos semanas largas.
La fotografía te ayuda a entender a las personas, a conocerlas con mayor profundidad, es más, si se me permite, puede llegar a ser una forma de dominio y posesión. No sé si inconscientemente estoy queriendo hacer mío a Guille através de mi fotografía o subrayar que lo es. Es un tema que tengo que psicoanalizar un poco más, pero que cada vez veo más claro (sobre todo como modelo), a saber, la fotografía como un medio de hacer tuyo el sujeto fotografiado o convertirlo en parte de ti. Sea lo que sea, es el mejor soporte que tengo para interpretar mi vida, ¿cómo no he podido hasta el momento, utilizarla más para conocer mejor a la persona que más amo? Cuando se lo comenté, accedió sin problemas y hasta el día de hoy, no ha habido ningún día que se haya resistido a hacer una foto, ¡con lo tímido y discreto que es!
A un carrete revelado y a otro casi por terminar, ya le voy perdiendo el miedo a la Leica. Me encanta tenerla en las manos. Pesa bastante para su tamaño y, acostumbrada al peso de las cámaras réflex digitales, da gusto cómo se adapta a tu mano. Adoro pasar el carrete, el ruido que hace el obturador al cerrarse… en concreto adoro el ruido que hace con las fotos de un segundo de exposición. Guille se pasa a veces hasta 13 horas fuera de casa y sólo lo pillo por las noches o por la mañana a las siete de la mañana, por lo que disparo con trípode, el diafragma muy abierto y a velocidades muy lentas.
Se trata de una cámara telemétrica. En el próximo post os describo al detalle (no será nada fácil) en qué consiste un telémetro. Os juro que hay que hacer un croquis para entenderlo.
Los dos primeros carretes serán a color, luego tengo otros cinco a blanco y negro. No sé si el BN me será más fácil. Quiero hacer además otros carretes a color, uno de ellos de fotografías desenfocadas, trepidadas, en movimiento…
No quisiera cerrar la entrada sin quitarme el sombrero ante todos aquellos que se han enfrentado a un 365. Me considero una persona extremadamente selectiva en cada una de mis sesiones y muy rigurosa en cuanto a creatividad se refiere. Tener que bajar un poquito el nivel para hacer una foto al día no me ha sido fácil de aceptar. Me consuela pensar que es una especie de entrenamiento, que cada carrete disparado será mejor que el anterior. También me fascina el simple hecho de realizar una foto al día. Apretar el botón de la cámara, aunque sea para una foto tonti, me debe de generar endorfinas, pues siento una paz inmensa.
No veo conveniente enseñar todas las fotos, pues algunas no las veo dignas de publicar. De este primer carrete he seleccionado 23 de 37 fotos.
Por último, avisar de que todas las fotografías están en venta a 13 euros, en una edición de 10x15cm, tirada de 3 copias, en papel Hahnnemühle, con certificado de autenticidad y gastos de envío incluidos.
21 de agosto del 2015. Única foto realizada este año en campos de girasoles.
23 de agosto del 2015. Si esta bañera no fuera tan increíblemente pesada, ya me la habría llevado a mis campos de trigo… ❤
25 de agosto del 2015 El sol dibuja por mi casa rayas de luz.
26 de agosto del 2015. En justicia esta foto es de Laura Núñez para un proyectito que saldrá pronto… el pollo en cuestión es Atún, uno que rescatamos en el centro de Madrid, ahora en el Santuario del Valle Encantado.
27 de agosto del 2015 Y yo que me pierdo en esa mirada azul…
28 de agosto del 2015. Tenemos ya asumido que Milka es un perro-velcro. No hay fin de semana que vayamos al campo y no tengamos que coger las tijeras para trasquilarla. A veces tiene tantas plantitas y semillas agarradas al pelo que lo que menos daño le hace es cortárselas con tijeras.
29 de agosto del 2015 ¿Veis esos tronquetes? Pues nos estamos encendiendo unas chimeneas por las noches que no soltaríais el libro que tenéis entre manos jamás.
30 de agosto del 2015. No sé cuánto tiempo podré seguir pidiéndole el torso desnudo en exteriores, es el ser más friolero que conozco, después de la Menta.
1 de septiembre del 2015. Su reflejo en un dibujo de Jorge Camacho.
2 de septiembre del 2015. Guille llega a casa por las noches agotadísimo. Trabaja y a la vez se está sacando la carrera de Arquitecto técnico.
3 de septiembre del 2015. En el mítico Free way de Malasaña.
5 de septiembre del 2015 A veces nuestro amigo tocayo nos dedica sus pocos ratos libres para salir de cerves por Malasaña.
6 de septiembre del 2015. Entre semana Guille suele estar muy pocas horas en casa. Le veo a las siete de la mañana, a la hora de comer y luego ya a la noche. Él se ducha por las mañanas.
9 de septiembre del 2015. Si os digo que a veces uso a Guille como un alter-ego…
10 de septiembre del 2015. Foto realizada una casa abandonada del pueblo de Velayos, en Ávila. Allí cerca está la casita donde vamos casi todos los findes.
11 de septiembre del 2015. De esta foto ya conocéis la versión digital. Es que a veces no he podido evitar realizar la foto con la digital y tratarla yo misma, es toda una tentación.
13 de septiembre del 2015 ¿Os acordáis de mi foto de La fosforera? Pues el papá de Aria me prestó este cráneo para hacer un par de fotos. Es mi favorita de este carrete.
14 de septiembre del 2015. Esta foto está muy ligada a una de mi fotopoemario 🙂
15 de septiembre del 2015. Por este caminito solemos ir a hacer fotos y a pasear por las noches. Cuando no hay luz de luna, casi no se ve nada…
16 de septiembre del 2015. Esta foto la realizamos bajo la lluvia. Guille consiguió poner con alambres un paraguas al trípode y conseguimos realizar la foto en la tierra.
17 de septiembre del 2015. Me gusta fotografiar con bichos, así que la madre de Guille me los va guardando todos los que se encuentra muertos en un tarrito.
19 de septiembre del 2015.
22 de septiembre del 2015. Mi casa es minúscula, pero la pienso explotar al máximo 😛
Para cualquier duda o pregunta, no dudéis en escribirme por privi, dejar vuestro comentario en mi blog… o preguntar por ask 🙂